PIES FANTASMAGÓRICOS

Estamos a las puertas de Halloween así que si aún no hemos empezado a decorar la casa ha llegado el momento de ponernos con las manos en la masa. ¿He dicho manos? ..... quise decir PIES

Para hacer fantasmas con los pies necesitas:

• Hojas de periódico 
• Cartulina negra.
• Pintura blanca 
• Un pincel 
• Toallas de papel 
• Para decoración: papeles de colores, pegamento, pegatinas, cintas, etc. 

Primero, protege el suelo con hojas de periódico. Luego, usando un pincel, pinta el pie de tu hijo con la pintura blanca. Generalmente el pincel en los pies hará que a los niños les de cosquillas y se reirán un montón en el proceso.

Si los niños son más grandes, probablemente querrán hacer este paso solos. Se recomienda a los padres llegado este punto respirar hondo, descalzarse y participar activamente en el juego. Que la pintura cobre vida propia y acabe en lugares insospechados es.... inevitable así que si no puedes luchar contra tu enemigo disfruta con él y muérete de risa.

Vamos ahora a estampar su pie pintado en el papel negro. Es importante asegurarse de que los dedos han quedado marcados por lo que si el niño es muy pequeño seguramente tendremos que presionar sus deditos con las manos.

Es la hora de las toallitas de papel (o de las toallitas húmedas, con las que te apañes mejor). El momento de controlar ese arma cargada de pintura con forma de pie que amenaza con dejar su huella por toda la casa. Un ataque preventivo es la mejor opción... ya nos encargaremos, sin prisas, de meter los pies en agua cuando terminemos de decorar nuestros fantasmas.

Ya tenemos la forma del fantasma pero ¿un fantasma ciego? Vale, es Halloween pero tampoco nos cuesta tanto ponerle ojos al pobre fantasma. Para ello solo hay que sacar un poquito de pintura con el extremo del pincel o si lo prefieres, esperar a que se seque muy bien la pintura y hacérselos con un marcador negro.

Una vez que tenemos el primer fantasma sólo nos queda repetir los pasos anteriores para conseguirle un compañero de aventuras.

Pero si hay algo que me ha gustado de esta actividad es la posibilidad de que sean los peques los que hagan de maestros de ceremonias. Normalmente somos los adultos los que dirigimos este tipo de actividades. Los que controlamos que no se manchen, que la pintura no salga disparada hasta el techo, que las paredes no parezcan una lluvia de confetti así que si queremos hacer a felices a nuestros hijos, démosles un pincel, un bote de pintura y quitémonos los calcetines. Será una experiencia que no olvidarán así que tened una cámara de fotos a mano para inmortalizar el momento. 

Decoremos ahora nuestros fantasmas.

En primer lugar deberemos poner la cartulina negra sobre un fondo de color para que destaque y quede enmarcada. A partir de ahí, dejaremos que nuestra creatividad sea la que nos dirija: podemos poner pegatinas de Halloween, ponerles lazos y pajaritas, bocas sangrantes, eso ya....

No tienen por qué ser terroríficos ¿verdad?

Via

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